RESUMEN: EL CABALLERO DE LA ARMADURA OXIDADA DE ROBERT FISHER

El cabello de la armadura oxidada de Robert Fisher es un excelente cuento infantil, breve (te lo lees en 4h) y ameno, que narra el viaje de un caballero atrapado en una armadura de metal que le impide tener un trato afectivo con sus seres más cercanos. Para quitarse dicha armadura, el caballero tendrá que pasar por 4 sitios: el sendero de la verdad, el Castillo del Silencio, el Castillo del Conocimiento y el Castillo de la Voluntad. La armadura es una metáfora de cómo, con el tiempo, las personas vamos construyendo nuestra propia coraza.

Recomiendo leer este resumen, aun si se va a leer el cuento, ya que yo he necesitado buscar más aclaraciones por la cantidad de simbolismos y así queda muy claro.

(Una persona no puede correr y construir a la vez, al igual que no puede aprender y crear simultáneamente. La creación requiere mucho aprendizaje detrás, pero en los tiempos que corren, el algoritmo nos exige estar creando constantemente.)

“¿La vida no os parecía amarga al principio y cada vez que la degustabais, no la encontrabais más apetecible?” – El Mago Sabio.

Si realmente eres bueno, generoso y amoroso, ¿por qué tienes que demostrarlo? ¿O es que nos decimos a nosotros mismos que lo somos, pero en realidad no lo somos? ¿Quién pone el estándar de lo que es generoso y amoroso? Y no solo eso, a veces pensamos que tenemos cualidades que damos por sentadas, cuando en realidad puede que sea un área de nuestra vida en la que tenemos que trabajar mucho.

El sendero de la verdad. Simboliza el autoconocimiento y la toma de conciencia. Es el camino en el que el caballero comienza a darse cuenta de sus errores, cómo ha tratado a los demás y lo que ha perdido al hacerlo. El sendero representa el inicio de la introspección, donde enfrenta las verdades sobre sí mismo que había estado evitando. Acompañado por dos animalitos, Rebeca (una paloma) y Ardilla. Animales que al principio el caballero menospreció sin saber que serían ellos quienes le enseñarían y acompañarían durante su viaje. Estos animales lo guían y le enseñan lecciones importantes sobre la vida, como la importancia de la paciencia y la aceptación ayudándolo a entender que no puede apresurar su proceso de cambio; “a aceptar en lugar de esperar, tendréis menos decepciones. Si de verdad te sientes de una forma, no te importa lo que los demás piensen. Los animales aceptan, los humanos esperan. Esperamos comportamientos de los demás, lo cual genera decepciones que luego nos arruinan el día”. Este cambio de actitud muestra cómo empieza a ver las cosas desde una nueva perspectiva, aprendiendo a valorar lo que antes ignoraba o despreciaba, lo que confirma el inicio de su despertar a la verdad sobre sí mismo. En este sendero, se da cuenta de lo ciego que había estado respecto a su comportamiento con las personas que más amaba y cómo las había abandonado. Consciente de esto, llora toda la noche, y al amanecer ve que parte del yelmo de su armadura se ha oxidado, porque ha llorado de corazón, con un fuerte deseo de evitar que eso vuelva a ocurrir y dispuesto a cambiar. Decir que al principio del camino el caballero quería hacer dicha ruta a caballo para llegar lo antes posible y quitarse este trámite de encima.

El Castillo del Silencio. Representa la necesidad de estar solo y en paz consigo mismo para poder reflexionar. En nuestra vida diaria, solemos huir del silencio porque tememos enfrentarnos a nuestros propios pensamientos. Este castillo es una metáfora de la importancia de la soledad y el silencio para encontrarse a uno mismo y comprender qué nos preocupa o limita. Un castillo que el caballero recorre solo, y al hacerlo se da cuenta de algo que ya sabía: tenía miedo de estar solo con sus pensamientos por varios motivos;

  • Temor a la Confrontación Interna: Estar solo con nuestros pensamientos puede llevarnos a enfrentar aspectos de nosotros mismos que preferiríamos evitar, como inseguridades, miedos o arrepentimientos. Enfrentar estos pensamientos puede ser doloroso.
  • Sensación de Vacío: La soledad puede hacer que nos sintamos vacíos o incompletos, especialmente si no estamos acostumbrados a pasar tiempo con nosotros mismos.
  • Autoevaluación Crítica: Al estar solos con nuestros pensamientos, a menudo nos autoevaluamos de manera crítica. Podemos juzgar nuestras decisiones, logros y fracasos, lo que puede ser difícil de soportar. Generando ansiedad.
  • Falta de Habilidades para la Reflexión: No todos están preparados para enfrentar el silencio interior, ya que puede requerir habilidades de reflexión y autoconciencia que no todos han desarrollado.

Nos pasa a todos, por eso el éxito de la radio hace 150 años y de los podcasts ahora, que prometen enseñarnos y hacernos aprovechar bien el tiempo, ya que no nos dejan estar solos ni pensar en nuestros dramas. Un detalle que menciona es el tiempo en el Castillo del Silencio: estaba sin luz, sin ruido, sin distracciones. Ahí perdió la noción del tiempo y pasó varias semanas dentro, cuando él pensaba que fue solo un día. Muchas veces creemos que en poco tiempo conseguiremos metas y pasaremos a otra cosa. Las cosas que realmente deseamos no importan el tiempo que tarden en conseguirse.

Reflexión personal mía; Hay personas que pues la vida les ha obligado a pasar mucho tiempo en soledad. Y es que si eres pobre y un apestado social con el cual los demás no quieren hacer planes contigo o si los hacen es para aprovecharse de ti siendo tu usado, no con el fin de venir a disfrutar del plan, sino con el fin de poder hacer el plan ya que si no fueras necesario no te llamarían para hacer ese plan contigo. Aprovecha esa etapa que te ha regalado la vida (la cual te obliga a no tener plan ya que, si dependiera de ti decir no a todos los planes, dudo que uno rechace estar en todos lados, “ser popular”, y no perderse una buena fiesta en la cual sea el protagonista del que se hable los próximos días), para ver cómo es la gente, para ver quien esta a tu lado a pesar de todo, para pensar y hablar contigo mismo…

El Castillo del Conocimiento. Simboliza la sabiduría que se adquiere a través de la experiencia y la reflexión. En este castillo, el caballero se enfrenta a preguntas profundas sobre el amor propio y su necesidad de aprobación externa como, por ejemplo: Aquí el caballero se plantea si realmente se ama a sí mismo o si necesita el amor de otros porque no se ama lo suficiente. También se da cuenta de que siempre había estado al servicio de los intereses de otros, rescatando damiselas y cumpliendo órdenes del rey. Así es como se sentía bueno, generoso y amoroso. Ironicamente, con personas que lo usaban, mientras que el amor genuino de su mujer y su hijo no lo recibía del todo. Aquí aprende que uno solo puede amar a otros en la medida en que se ama a sí mismo. Y para amarse, hay que empezar con el autocuidado, para estar en condiciones de amar a los demás. El caballero también agradece la ayuda de Merlín, el mago, aunque ni siquiera había pedido esa ayuda, porque a veces no sabemos cuándo ni a quién pedirla. El silencio es para uno mismo; el conocimiento, para todos. Es la luz que ilumina el camino.

Al darse cuenta de todos sus errores, como un caballo desbocado, el caballero puede pensar que ha desperdiciado su vida y su tiempo, algo que nos pasa cuando tomamos caminos que creíamos correctos y después resultan no serlo. Nos damos cuenta de lo mucho que hemos tropezado en la misma piedra. Pero ese tiempo era necesario para aprender. Con estas lecciones, el caballero llora, pero estas lágrimas no oxidan ni rompen su armadura, porque son lágrimas de autocompasión. Y es que las lágrimas de autocompasión no oxidan la armadura del caballero porque no son lágrimas constructivas o sanadoras. En lugar de ser un medio para la transformación y el crecimiento, la autocompasión tiende a enfocarse en el sufrimiento personal de manera pasiva, sin generar un cambio positivo. Las lágrimas de autocompasión son más sobre lamentarse por uno mismo y sentirse víctima de las circunstancias, en lugar de actuar para mejorar la situación. La autocompasión puede mantener a las personas en un estado de inmovilismo y una falta de acción constructiva. La persona está estancada en el dolor y la tristeza, sin avanzar hacia la resolución de sus problemas.

La autocompasión puede ofrecer alivio temporal, pero no resuelve las causas subyacentes del sufrimiento. Por eso, en el cuento, esas lágrimas no tienen el poder de oxidar la armadura del caballero, ya que no generan un cambio real en su interior.

Una vez aprendido lo que el castillo tenía para enseñarle, este se ilumina. El caballero descubre que solo había una única habitación, porque el verdadero conocimiento proviene de una única verdad, no se divide en compartimentos. En el patio del castillo, había unas manzanas que prometían enseñarle sobre la ambición, pero si las mordía, no podría salir del castillo. Ni Ardilla ni Rebeca las tenían, porque la naturaleza es feliz simplemente siendo lo que es. Uno nace hermoso, inocente y perfecto. La ambición te lleva a demostrar a los demás que eres mejor que ellos. Pero, si llegas a ser el mejor, ¿de verdad lo eres, o solo estás ocupado en serlo? Si una persona es generosa, amorosa, compasiva, inteligente y altruista, ¿cómo podría ser más rica? Hay más de un tipo de riqueza, igual que hay más de un tipo de ambición. La ambición que proviene de la mente te puede enriquecer, pero solo la que procede del corazón te da felicidad. La del corazón es pura, no compite con nadie, no daña a nadie, y sirve a uno de tal manera que también sirve a los demás. Es necesario separar la necesidad de la codicia. Llorando y llorando, el caballero logró quedarse solo con el peto de la armadura, sintiéndose más ligero que nunca y tan bien consigo mismo.

El Castillo de la Voluntad y la Osadía. Aquí había un dragón que simbolizaba la toma de decisiones difíciles. Son fáciles cuando solo hay una alternativa. Dios le dio coraje al hombre, y el hombre le dio coraje a Dios (es decir, la valentía de los seres humanos también puede inspirar y fortalecer a lo divino, haciendo a uno mover el culo motivado por lo divino y si lo logra, lo logrará en nombre de lo divino). Uno no puede conocer lo desconocido si se aferra a lo conocido. Pensando que iba a morir a causa del dragón, el caballero se precipita en la profundidad de sus recuerdos: todas las cosas en su vida por las que había culpado a su madre, a su padre, a sus profesores, a su mujer, a su hijo, a sus amigos, y a todos los demás. A medida que caía, se desprendía de todos los juicios que había hecho contra ellos. Aceptó toda la responsabilidad por su vida, por la influencia que la gente había tenido en ella y por los acontecimientos que la habían moldeado. Reconocer que él era la causa y no el efecto le dio poder. Esta frase significa que el caballero comprendió que él tenía el control sobre su vida y sus circunstancias, en lugar de ser simplemente un producto de lo que le sucedía. Con lágrimas de gratitud, el caballero oxidó lo que quedaba del peto de su armadura. Le permitió asumir el control de su propio destino, en lugar de culpar a otros por sus problemas y desafíos. Ya no volvería a cabalgar en todas direcciones.

Otros relatos que recomienda el libro son (yo aún no me los he leído): El gato que encontró a DiosEl búho que no podía ulular y El caballero silencioso y otros relatos.

REDACTADO POR DARIUS BUSE EL 10 DE SEPTIEMBRE DE 2024

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